EL BIEN DE
INTERÉS CULTURAL ALJARAFEÑO
MÁS ETNOLÓGICO
Arco de entrada a las bodegas |
Fachada de la casa señorial |
A escasos
kilómetros de la ciudad de Sevilla, en pleno corazón aljarafeño , me encontré en Villanueva del Ariscal con una bodega de
las de antaño, con gran solera y tradición, Bodegas Góngora la que fuera
antigua Hacienda de San Rafael llamada también Hacienda Pata de Hierro en honor
- cuenta la historia- de un gran corcel blanco del mismo nombre, que debido a
su gran porte encandiló a uno de los descendientes de Boabdil , último rey moro
de Granada y que terminó trotando en los jardines que rodean esta maravillosa
bodega. Aún conserva ésta el mismo aroma y espíritu con el que D. José de
Góngora y Arando la fundó convirtiendo la antigua hacienda en 1682 en esta
maravillosa bodega, que agasajando a Baco ha perdurado durante ocho
generaciones proporcionando un verdadero placer a todos aquellos que quieran
probar sus ricos caldos.
Prensa |
Nada más
entrar en la bodega ya me embriagó un intenso perfume que flotaba en el
ambiente “la parte del ángel”, este es el nombre que dan los bodegueros al
aroma que se desprende de las botas por la evaporación de los caldos. De
inmediato tomé conciencia de lo que significaba ser un Bien de Interés Cultural y sentí
el verdadero valor de lo autentico cuando al entrar en el lagar vi aquella
majestuosa prensa liderada por la gran viga, suspendida casi en el aire con sus
15.000 kg de peso y sus 17 m.de longitud que ha permanecido enjuta y abrazada a
través de los siglos por sogas de cáñamo y zunchos de hierro forjado. Su madera
de pino de Flandes traída quizás hasta aquí, cuando el Imperio Español dominaba
todos los confines de Europa, rezuma aún hoy resina, está viva. Un flamante
tornillo de madera de ébano de Mozambique corona la prensa girando sobre sÍ
mismo y del que cuelga un gran contrapeso de piedra.
La visión de
aquella “Prensa de Viga de Husillo y Quintal” me hizo imaginar como trabajaban aquellos hombres en época de
vendimia, entonando rezos y canticos a sus santos y vírgenes pidiendo
protección ante posibles accidentes, que desgraciadamente no eran tan
excepcionales. Todo empezaba cuando el fruto
de la vid en su sazón llegaba en carros al lagar y tras meterlo por la puerta
trasera, lo pisaban formando un cilindro de masa de uva que ataban con soga
para contenerla, y que luego iban depositando encima tablones de madera hasta
terminar con un gran trozo de viga llamado “marrano”
por su semejanza en tamaño y forma con este animal.
Bodegas y soleras |
Antonio Gala, en una visita a esta bodega hizo
notar que el nombre de marrano podría
tener paralelismo con la denominación despectiva que se les daba a los judíos
conversos de marrano, ya que este
tablón es el que sufre el mayor castigo por presión de la galapaga, batea de
hierro unida a la prensa y que lo presiona directamente, así pues como el que
soportaba el judío converso en la Inquisición.
Viga de 15 toneladas del siglo XV |
Esta
maravillosa prensa, un verdadero monumento, se usó por última vez en el año
2003 y espero con ilusión tener la oportunidad de poder verla de nuevo prensando
el fruto de la vid y haciendo manar el elixir de los dioses.
Os invito a
que disfrutéis como yo lo hice de esta maravillosa industria tradicional:
Bodegas Góngora, emblema del buen hacer de una familia dedicada en cuerpo y
alma a la elaboración del vino aljarafeño de solera.
Nuestro
especial agradecimiento a D. Ignacio por su amabilidad y su buen hacer al
mostrarnos sus bodegas.
Autoras
Eva Lozano y Ana Carrasco
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