A
tan solo cinco kilómetros de Sevilla, Castilleja de Guzmán y el Aljarafe Norte
constituye un territorio cultural de gran potencial turístico.
Pasado
y presente del transporte en el Aljarafe (I)
Aquellos
mulos
“Aquellos mulos blancos, tordos y coloraos,
caballos, bueyes, carros y carretas, bajaban por las cuestas de Castilleja,
Tomares y Guzmán” […]. “Tres horas de camino empleaba “manolillo”, que así es
como se llamaba al carretero, en acarrear las aceitunas desde la finca de
Gerardo Ibáñez al almacén de la calle San Jacinto, hoy hospital Infanta Luisa”. […] “¡Que
recuerdos, rastrean mi memoria!: Oigo los ejes de los carros y cascabel del
caballo de mi abuelo, huelo el orujo y los quesos frescos, veo el terciopelo
virgen de las uvas de Septiembre antes del desvirgo de los de los lagares, veo
en los caminos las sombras dormidas de las moreras”.
“Aquellos carros que
bajaban...” (Autor Miguel Ángel Castilla cronista de Albaida del Aljarafe).
Hacemos un breve repaso a la historia del
recorrido que tenían que hacer los lugareños del aljarafe, de sus dificultades
e inconvenientes para llegar a la cercana Sevilla donde suministraban todos los
productos de la tierra ya que Aljarafe era la despensa de Sevilla. Desde
tiempos inmemoriales el Aljarafe abastecía a la capital de mosto y vinos de
Villanueva y Umbrete, leche fresca de Espartinas, aceituna, miel de Camas,
tortas sevillanas (tortas de aceite, cortadillos de cidra, polvorones,
barquitos, bizcochadas, etc.), dándose un gran intercambio comercial entre los
pueblos; medicamentos, textiles, herramientas y todo tipo de enseres, con las
dificultades que conllevaban las crecidas del rio y las inclemencias del
tiempo, teniendo en cuenta que las cuestas del Aljarafe tienen hasta 189 m
sobre el nivel del mar.
Un burro para
subir la cuesta
En los tiempos antiguos normalmente los
desplazamientos se hacían a pie y para el transporte de mercancías se
utilizaban carros, carretas y caballerías, que transcurrían por caminos de
tierra. Las familias pudientes se
trasladaban a lomos de asnos de su propiedad utilizándolos también para
transportes de mercancías y labores agrícolas.
Se cuenta que antaño, cuando el medio de
transporte público era el tranvía a Sevilla que partía de Camas, en la Cañada
de los Alfileres existió un burro con una soga a la que se podían agarrar los viajeros
que retornaban de Sevilla, especialmente los ancianos e impedidos, que por necesidad tenían que desplazarse por cuestiones médicas y comerciales, para
ayudarse a subir la empinada cuesta por un módico precio.
En origen, para bajar desde Guzmán a Camas
había que ir por el Cordel de los Carboneros por Caño Ronco. Posteriormente, se
hizo el camino a Camas que bajaba directamente por la margen izquierda del
Arroyo de los Alfileres, camino desaparecido en la actualidad pero del que
perdura su trazado. Fue ya a mediados del siglo XX cuando se completó la
construcción de la actual carretera (A-8077) con firme de asfalto.
Autor/as
Encarni Jaén - Mª Carmen Gomez
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