El hombre siempre se ha preguntado cuál
era su procedencia, quienes sus ancestros, como ha sido su evolución hasta
nuestros días...
En una de
mis visitas al Museo Arqueológico de Sevilla, buscando respuestas a las típicas
preguntas existenciales que siempre han
sido una constante en mi vida y aún más ahora que la edad va acercando mis
pasos hacia Caronte, cuál fue mi sorpresa al ver que en una de sus
vitrinas con restos del período calcolítico, que me apasiona desde que vivo en
Castilleja de Guzmán, sobre uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Europa,
descubrí el cráneo de un perro.
Pasé todo el
día pensando en mi gran amigo, ese con el que cuento todos los días y que al
volver a mi casa siempre esta esperándome con alegría y entusiasmo, mi perro Zeus. Decidí investigar cual serian
sus orígenes y desde cuando ha formado parte importante en la vida del hombre. La
tarea que me autoimpuse en un principio no daba los resultados que esperaba
puesto que es poca la información que encontraba, y aunque no me abato con facilidad,
llegue a pensar que a nadie le interesaba publicar nada sobre este tema. Ya tengo cierta edad y las nuevas tecnologías
no son mi fuerte. Soy de la vieja escuela donde el papel impreso era nuestro único
recurso de información; pero era tal el interés que despertó en mí la
investigación que tenía entre manos que no podía dejarlo ahora, tenía que saber
más, tenía que llegar hasta el final no me podía rendir. En mi paseo vespertino
con Zeus, ya no sé si lo paseo yo a él o él a mí, puesto que de aquel pequeño cachorro que mi hijo me regalo para
mitigar mi soledad ya no queda nada, ahora es un majestuoso ejemplar de akita niu,
mis pasos distraídos se encaminaron hacia la casa de mi nieto Manolo. Una vez
allí le hice participe de mis elucubraciones y mi nieto entre risas me dijo:
- "Pero
abuelo, tenemos internet. A ver ¿que
quieres buscar? Tómate, unas galletas y un té mientras enciendo el ordenador".
Fósil canino |
Pronto mi
nieto encontró valiosa información. Descubrí que nuestro inseparable amigo está
con nosotros desde hace 31.700 años. Se ha identificado al perro domesticado
más antiguo en la cueva Goyet en Bélgica. Los restos fósiles de este perro
parecen estar relacionados con la cultura Auriñaciense .Según Mietje Germonpré
paleontólogo del Instituto Real Belga de Ciencias Naturales, la diferencia más marcada entre estos perros y
los actuales son el tamaño de los dientes .”En
su forma los perros paleolíticos eran más parecidos a un Siberian Husky pero en
tamaño eran más grandes semejante a los perros pastores, con el hocico más
corto y ancho y un casquete cerebral relativamente más grande que otros perros
fósiles y lobos “.
Cuando quise
mirar el reloj habían pasado ya tres horas, mi nieto, hombre curioso donde los
haya, estaba a mi lado tan entregado en la búsqueda como yo.
- " Manolo creo que ya es hora de dejarlo
por hoy.
-
Vamos abuelo, no nos vamos a quedar
con la miel en los labios".
"Enseguida preparo
cualquier cosa y cenamos entre fósiles perrunos".
Asentí con la cabeza y continuamos
sumergiéndonos en esta historia.
Germonpré
realizó también análisis de isotopos que arrojaron información sobre su dieta,
descubriéndose que comían presas como caballos, renos y bueyes almizcleros,
pero nada de pescado.
Su teoría
sobre cómo podría haberse iniciado la domesticación de los perros me pareció novelesca,
tal vez los cazadores prehistóricos mataron a una loba que acababa de parir y
se llevaron a los cachorros a casa para cuidarlos. Me emocionó el pensar en la
humanidad de mis antepasados cazadores que eran capaces de sentir ternura por
esos cachorros desvalidos.
Según
Germonpré nuestros antepasados fueron capaces de seleccionar genéticamente a
los más dóciles, con lo que pasadas unas
10 generaciones ya podríamos hablar de cambios morfológicos. Posiblemente en un
principio el perro ayudaba al hombre en labores de rastreo, caza, y transporte de presas. Me
sorprendió que después de más de 31.000 años el perro siga siendo un elemento
imprescindible para el cazador.
Pintura rupestre con perro |
Sin embargo,
existen otras teorías como la de Susan Crockford, antropóloga y bióloga
evolutiva de la Universidad de Victoria, Canadá, que “no cree que los auriñaciences hubiesen domesticado al lobo para convertirlo
en un perro, sino que los lobos tuvieron una “auto domesticación” cada tanto en
la historia evolutiva, lo que podría explicar
por qué aparecen y desaparecen los perros del registro fósil. O sea por
qué no hay mas perros en el registro arqueológico”.
La verdad es
que sea de una manera u otra lo cierto es que mi perro tiene unos ancestros que
se remontan a los míos y me congratula el hecho de pensar que algún antepasado mío
disfrutase al igual que yo de una compañía tan gratificante y desinteresada
como la que me dispensa mi amigo Zeus.
Autor/as
Ana Carrasco - Eva lozano
Fuente: Información científica extraida del artículo publicado en
el Journal of Archaeological Science
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