viernes, 14 de octubre de 2011

CARACTERISTICAS DE LA CULTURA CALCOLITICA EN EL ANTIGUO ALJARAFE NORTE Y SU VINCULO CON TARTESSOS 1ª PARTE

La aparición de la sociedad neolítica, es muy importante por el hecho de que el hombre pasa de ser un depredador de la naturaleza a convertirse en su colaborador. La creciente necesidad de una intensa recolección de recursos alimentarios propició el proceso de reproducción de las plantas y comprender que podría intervenir en sus ciclos y estimularlos, fue el nacimiento de la agricultura.
Los grupos humanos se hicieron sedentarios para atender a las nuevas ocupaciones de la agricultura y la ganadería, se establecieron en comunidades cada vez más numerosas y surgieron poblados con los que comienzan los esquemas que les llevarían a la creación de una sociedad urbana. Las asociaciones se complican, aparecieron oficios diferenciados y se sentaron las bases de la estructuración social en función de la capacidad y de la importancia del oficio que se ejercía. Surgieron líderes capaces de regular y coordinar a los demás en el trabajo o en la defensa de los bienes acumulados frente a peligros exteriores. Progresaron rápidamente las técnicas y el utillaje para atender a las nuevas ocupaciones y necesidades. Por otra parte el hombre dispuso de tiempo de ocio que le permitirá profundizar en sus ideas y desarrollar su espiritualidad.
Por lo que podemos ver, el hombre neolítico no tuvo grandes diferencias con el hombre de Montelirio, tan sólo la práctica de la metalurgia (cobre) lo que impulsó y diferenció el desarrolló de esta cultura, por lo demás es todo lo mismo, el hombre de Montelirio tenía como principal actividad económica la agricultura (trigo, cebada, encinas, olivo…) en torno a la cual giraba la vida del poblado. También la ganadería (porcino, caprino, equino, bovino, etc.) y la caza (ciervos, gamos, jabalíes, etc.) desempeñan un papel importante. La mayoría de las viviendas se encontraban próximas y tenían de tres a siete metros de diámetro, excavando 50 cm en el suelo y cubierta probablemente por vegetal. Huellas de hogares, cerámicas domésticas y molinos de mano son los restos más conocidos de esta vivienda e incluso había "barrios" productivos especializados como el metalúrgico que se encontraba en el Noroeste del poblado para evitar que los gases sulfurosos producidos durante la depuración del mineral de cobre fueran respirados por los habitantes del poblado, ya que los vientos dominantes de la zona del Aljarafe rolan del Sureste al Noroeste.
  Respecto a la religión, los hombres de Montelirio tenían una serie de ídolos antropomórficos de pelo largo ondulado y figuras totémicas que representan claramente a elementos de gran valor como cerdos, toros y bellotas, también tenían los llamados ídolos-cilindros (betilos “Morada de dios”) que suponen una intención de obtener de algún modo el aspecto de corporeidad de la figura humana que se refleja, a la vez, en los ídolos formados por huesos. Abundan los ídolos de piedra, hueso, y marfil, muchos de los cuales presentan la figura y caracteres femeninos. Otros ídolos tienen los llamados “ojos-soles” (Ídolo placa) y motivos geométricos como los de la cerámica simbólica. Como podemos ver la cultura de los hombres de Montelirio era grande en todos sus campos, incluso en el emplazamiento, puesto que la altura de la meseta del actual Aljarafe dominaba el Lago Ligur y permitía un refugio natural contra las incursiones de otras tribus que la mayoría de las veces venían por el antiguo Rio Guadalquivir. Este emplazamiento no fue elegido al azar, si no por su valor estratégico. Es defendido naturalmente por dos de sus lados, a las orillas de un río navegable, cerca de minas de cobre, plata y oro de la Sierra de Morena y con un medio físico más rico que el actual, con campos fértiles para el cultivo y abundante caza. En cuanto a la necrópolis, estaba fuera del poblado y consta de más de cien tumbas colectivas en las que se enterraba a los miembros de un mismo clan con sus ajuares personales (armas, herramientas, adornos, cerámica simbólica, ídolos…). Hay diversas tumbas que quedaron englobadas en los poblados al construirse las diversas zanjas defensivas y de drenaje. El resto de tholoi (dólmenes) constan de un atrio destinado a la celebración de rituales funerarios y sociales, un corredor que suele ser de tres etapas simbólicas y una o varias cámaras sepulcrales individuales o colectivas de forma circular y cubiertas con ortostatos de piedra arenisca, o por una falsa cúpula de arcilla. Hoy día se baraja la posibilidad de que el origen de los hombres de Montelirio fuera una mezcla entre lo autóctono y la llegada de otros pueblos alóctonos procedentes del Mediterráneo oriental por un camino costero o mediante navegación de cabotaje, sin descartar otras posibles vías, como el norte de África.

Las bases cronológicas sobre las que se asientan los periodos y las dataciones de carbono 14 de los restos orgánicos encontrados en el Tholos de Montelirio datan del 2912 al 2850 A.C y las fechas más o menos precisas en términos absolutos de los objetos importados desde el Mediterráneo oriental, como marfil asiático que llegan a la península con asiduidad de este período, muestran en gran medida contradicciones, las cuales no restan valor, como referentes temporales, a las secuencias normalmente admitidas.
Las reiteradas referencias del vinculo de los antiguos pobladores del actual Aljarafe con la cultura de Tartessos en las fuentes escritas han contribuido a mantener una de las principales hipótesis en que la raíz del comienzo de esta cultura proviene de la estructura de una sociedad jerarquizada basada en clanes que en un momento determinado quedaron sometidos por un “súper-clan” que se enriqueció y prosperó gracias al comercio con fenicios, foceos y ligures, además tuvo la capacidad de militarizar a una parte importante de su pueblo sometiendo a los clanes existentes, comenzando así una aristocracia basada en la tradición humanista grecolatina, por lo que respecta al sur de la península Ibérica. Luego se desarrolló la idea de que las referencias a Tartessos reflejaban la existencia de una sociedad aristocrática, enriquecida con el comercio de la plata, gobernada por una dinastía real y que había creado sus propias tradiciones mitológicas.
Esta concepción, con más o menos matices, se ha mantenido hasta la actualidad, incorporando desde los años setenta las interpretaciones que han reconocido el mito de las evidencias arqueológicas de las sociedades del Bronce final y el Hierro antiguo de Andalucía occidental. Los niveles sociales se ponen de manifiesto en las diferencias de los ajuares y muestran una gran distancia entre los enterramientos correspondientes a los grupos dominantes y las demás sepulturas. Los ajuares incluyen ornamentos elaborados en marfil y ámbar que eran importados desde el exterior aumentando el nivel de prestigio del enterramiento y poniendo de manifiesto esas diferencias sociales que distinguen a la aristocracia del pueblo común. Más excepcionales son los ajuares de algunas tumbas del Guadalquivir y Huelva, que incluyen muebles y objetos de tocador de marfil, grabados con temas orientalizantes, escarabeos, huevos de avestruz decorados, jarros y recipientes de bronce y joyas de oro o de plata. Algunos enterramientos muestran un carácter singular como los de la necrópolis de La Joya (Huelva), donde en dos tumbas de inhumación los ajuares incluyen sendos carros, con refuerzos metálicos, aparentemente similares a los representados en las estelas grabadas, junto a otros objetos de bronce, marfil y cerámica. La orfebrería también permite reconocer la existencia de una acumulación de riqueza.

El tesoro hallado en El Carambolo (Sevilla), formado por 21 piezas de oro (collar, pectorales, brazaletes, y elementos de una diadema y un cinturón) se interpreta como el atavío ceremonial que portaban el sacerdote y los dos bueyes que le acompañaban en las liturgias  en honor a la diosa Astarté como ornamentos rituales.
Esta cascada de acontecimientos históricos nos hace pensar que los pobladores del Calcolítico del antiguo Aljarafe Norte fueron los precursores de posteriores culturas míticas de gran esplendor y su fama y reconocimiento se extendió por todo el antiguo mundo conocido y en especial a todas las culturas del litoral Mediterráneo.
Fuentes:
- Atlas de Geografía e Historia.
- Enciclopedia de Historia de España.
-Adolf Schulten
-Alvaro Fernandez
Autor:
Paco Vera Usabal

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