lunes, 9 de enero de 2012

Rutas del Aljarafe



La extensa red de caminos y senderos de Andalucía constituye un potencial turístico de gran valor, abriendo una puerta a la naturaleza, el deporte, la fotografía, la pintura, la observación paisajística, avifaunística, etc., en definitiva un inmenso abanico de posibilidades con las que practicar ecoturismo y deleitar los sentidos.
Es preciso despertar la sensibilización medioambiental de la ciudadanía, administraciones públicas y propietarios de terrenos por los que discurren estos caminos, veredas, senderos y vías pecuarias, procurando conciliar los intereses de cada cual en orden a lograr un desarrollo del entorno verdaderamente sostenible y responsable.
 Con la colaboración de todas las partes directamente implicadas se podría conseguir el mantenimiento de este recurso con un mínimo esfuerzo: Si, por una parte, algunos de los usuarios de esta red de caminos dejasen de arrojar escombros, enseres, latas, plásticos, etc. tratando al campo como un gran vertedero, y si por otra parte las administraciones hicieran lo posible por mantener limpias las cunetas y lograr con ello canalizar las aguas de lluvia para evitar la erosión de los caminos, señalizasen debidamente los mismos y, por supuesto, no “urbanizasen el campo” cuando conceden proyectos de reforestación, mejora ambiental y paisajística, llenando los caminos de talanqueras de madera para lo que ha habido que talar cientos de árboles, o cuando aplican un proyecto de reforestación como, por ejemplo, en el Cerro de Santa Brígida en la localidad de Camas, donde por cierto todavía no se ha plantado un solo árbol y sin embargo se ha llenado de vallas el campo, habiendo conseguido hasta el momento con el ensanche de los antiguos caminos únicamente habilitar el acceso en automóvil a la cumbre del cerro, y por último, si los propietarios de las fincas por donde discurren estos caminos públicos dejasen de usurpar con el arado más terreno en beneficio propio como viene ocurriendo desde hace ya bastantes años y como podemos comprobar a la altura del Collado de las Redondillas en el Camino del Agua, donde año tras año se siguen colmatando las cunetas del camino hasta que llegan a desaparecer para con ello poder sembrar algunos girasoles más; seguramente todos saldríamos ganando, además se reducirían sustancialmente los costes de mantenimiento y limpieza, se obtendrían mayores beneficios económicos y de recursos laborales, podríamos disfrutar de la naturaleza y, sobre todo, evitaríamos pasar a la historia como una generación aniquiladora del patrimonio e insensible a lo que le rodea, todo ello con el único esfuerzo que supone utilizar el sentido común.
Es interesante añadir un dato: Las dimensiones de una Cañada Real en el S. XVIII oscilaba entre los 300 y 800 metros de ancho, actualmente el Código Civil y la Ley 3/1995 definen la denominación y anchura máxima que puede tener una vía pecuaria, “en algunos tramos puede tener anchos mayores como consecuencia de la existencia de otras superficies pecuarias adjuntas, por ejemplo descansaderos y abrevaderos, en otros casos puede tener anchos menores como consecuencia de su vida administrativa”. Las actuales medidas son las siguientes: Cañada: Vía cuya anchura no exceda de los 75 metros, Cordel: Cuando su anchura no sobrepase los 37,50 metros y Vereda: Vía cuya anchura no sea superior a los 20 metros.
Difícilmente encontramos hoy día en Andalucía vías pecuarias íntegras, incluso con estas ya muy mermadas dimensiones causadas por la industrialización y la ausencia de paso de ganados trashumantes. Relegadas en la actualidad a ser utilizadas principalmente como vías de acceso a cortijos, haciendas y fincas agrícolas, son cada vez más demandadas por un creciente turismo senderista y ciclista principalmente, con necesidades de paso infinitamente menores que cuando eran utilizadas para la trashumancia. Debería haber llegado el momento en que se marquen con claridad unos límites mínimos para todos los caminos después de haber cedido ya el erario público suficiente terreno a cambio solo de la permisión de paso por estas vías cuando atraviesan terrenos de titularidad privada.
Un ejemplo de sostenibilidad y desarrollo responsable son las políticas que vienen llevando a cabo las administraciones competentes en materia de turismo y medio ambiente en Extremadura, habiendo conseguido en gran medida sensibilizar a los ciudadanos y, entre todos, administración, usuarios y propietarios de fincas, recuperar la mayor parte de estos viales de uso público en beneficio de la Comunidad Autónoma y sus visitantes.
A continuación, y con el apoyo del mapa adjunto, cada lector puede confeccionarse su propia ruta y con ello descubrir el enorme tesoro que encierra el aljarafe norte, pudiendo combinar el turismo deportivo, con el monumental y el gastronómico entre otras modalidades.


Plano territorial
Además, habría que tener en cuenta que estos caminos conectan con otros de mayor recorrido y así, de forma exponencial, hasta llegar a cubrir grandes recorridos como son la GR-41, desde Sevilla hasta Barrancos en Portugal, compartiendo recorrido con el Camino del Agua en este mapa, o el Camino de Santiago por la Ruta de la Plata, desde Sevilla hasta Santiago de Compostela, compartiendo recorrido en el mapa con la Vía Verde de Itálica.
 Con la difusión de esta red de caminos, también se persigue que todas aquellas personas que no conozcan otra ruta para acceder a pié, a caballo o en bicicleta desde Sevilla o cualquier otro municipio cercano a dichos caminos, pueda evitar el riesgo que supone utilizar carreteras, que en su mayoría no disponen de arcén, para llegar al comienzo de los senderos que conoce y disfrutar de la naturaleza y sus paisajes.

Artículo elaborado por
Miguel A. Spínola Mena. Taller de Empleo “Las Joyas de la Ecovilla”. 
Módulo de Agentes de Desarrollo Turístico. M.D.F.A. Castilleja de Guzmán.   

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